De buena mañana. 18 de noviembre. Lo que pesa.
(De buena mañana) Lo que pesa. - Pedí tres libros en la biblioteca. Cuando me los trajeron puse cara de sorpresa: su tamaño y su peso. Pensé evidentemente que serían unos manuales en cuarto y me trajeron tres volúmenes de arte de gran formato que necesito para preparar mis cursos. - A ver si puedes con ello - me dijo la joven bibliotecaria. Como la semana pasada cumplí 50 años, noto, o al menos creo, que ahora las palabras vienen cargadas, que no son inocentes. Probablemente no sean más que ligeras paranoias del cambio de año y que, por el contrario, lo que la buena bibliotecaria quería decir era el más puro dato objetivo: me llevaba tres volúmenes pesados, gigantescos. Unos minutos antes había estado en el refugio de Suso, mi antiguo librero en la añorada Hydria de Salamanca. Regenta ahora un despacho al que ha llamado El diván del Bibliopolá. Es un servicio personalizado de venta de libros para amigos y conocidos. Cada vez que vas, tomas café, charlas un rato y te llevas los libros
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